Incluso los conductores cuidadosos cometen errores al comprobar la presión de los neumáticos; evitar estos errores protege los neumáticos y garantiza la seguridad. Un error importante es revisar los neumáticos calientes, lo que da lecturas infladas e inexactas (espere más de 3 horas después de conducir). Depender únicamente del TPMS es otro error: el TPMS no le alerta sobre una pérdida gradual de presión, solo sobre una inflación insuficiente grave. El uso de la PSI máxima en la pared lateral del neumático en lugar de la PSI recomendada por el vehículo provoca un inflado excesivo, lo que reduce el área de contacto y provoca un desgaste desigual. No apretar las tapas de las válvulas después de la verificación permite fugas de aire y acumulación de residuos. Ignorar las fugas lentas (por ejemplo, una caída de presión de 2 a 3 PSI por semana) puede provocar un inflado insuficiente y reventones; haga que inspeccionen el neumático para detectar pinchazos. Por último, el uso de un medidor dañado o no calibrado da como resultado lecturas incorrectas; pruebe su medidor con uno profesional anualmente. Al evitar estos errores, garantiza controles precisos de la presión y mantiene sus neumáticos en óptimas condiciones.