El sellador de neumáticos es una herramienta útil para reparar pequeños pinchazos en el camino, pero elegir el adecuado es clave. Un sellador inadecuado puede dañar el neumático o incluso el sistema de monitoreo de presión de neumáticos (TPMS) del vehículo, por lo que es importante elegir con cuidado.
Primero, verifique si el sellador es compatible con su tipo de neumático. La mayoría de los selladores funcionan para neumáticos de turismo, pero algunos están diseñados específicamente para neumáticos sin cámara (el tipo más común hoy en día). Evite los selladores para neumáticos con cámara, ya que pueden obstruir las válvulas de los neumáticos sin cámara.
Busque un sellador compatible con TPMS. Muchos selladores antiguos contienen partículas grandes que pueden bloquear los sensores TPMS y provocar su fallo. Las fórmulas más recientes, compatibles con TPMS, contienen partículas más pequeñas que no obstruyen el sistema. Consulte la etiqueta del producto para confirmar su compatibilidad con TPMS.
Tenga en cuenta el tiempo de secado del sellador. Los selladores de secado rápido (que secan en 5-10 minutos) son ideales para emergencias, pero pueden ser más difíciles de limpiar si necesita reparar la llanta posteriormente. Las opciones de secado lento (que tardan entre 20 y 30 minutos) son más fáciles de quitar, pero requieren más tiempo de espera.
Por último, no confíes en el sellador como una solución permanente. Está diseñado para que vayas al mecánico y que te reparen o reemplacen la llanta lo antes posible.






