En climas gélidos, los vástagos de las válvulas de los neumáticos corren el riesgo de congelarse, lo que puede provocar fugas de aire o incluso daños en el obús. Sin embargo, los conductores suelen pasar por alto este problema. Cuando las temperaturas bajan de 0 °C (32 °F), la humedad dentro del vástago de la válvula puede congelarse, expandiéndose y bloqueando el flujo de aire. Esto no solo dificulta la revisión o el ajuste de la presión de los neumáticos, sino que también puede agrietar la goma del vástago de la válvula si el hielo se expande demasiado.
Para proteger los vástagos de las válvulas del frío, comience por reemplazar las tapas de goma estándar por tapas metálicas o aislantes. Estas tapas crean un sello más hermético, impidiendo que el aire frío y la humedad entren en el vástago. Antes de que llegue el invierno, inspeccione los vástagos de las válvulas para detectar grietas o rigidez; el frío agrava los daños existentes, así que reemplace cualquier vástago desgastado de inmediato.
Si estaciona su auto al aire libre durante la noche, considere aplicar una pequeña cantidad de anticongelante para vástagos de válvulas (disponible en tiendas de repuestos) al obús de la válvula. Esta solución especialmente formulada evita que la humedad se congele dentro del vástago. Al revisar la presión de los neumáticos en climas gélidos, hágalo rápidamente; la exposición prolongada al frío puede provocar que el obús de la válvula se congele y se cierre. Después de revisar, seque el vástago y vuelva a colocar firmemente la tapa aislante.
Siguiendo estos sencillos pasos, mantendrá los vástagos de las válvulas funcionales en el frío, evitará fugas de aire y garantizará que sus neumáticos permanezcan inflados correctamente durante todo el invierno.






