Muchos conductores descuidan las llantas de refacción, pero una pieza de repuesto en buen estado es fundamental para la seguridad y para proteger las llantas primarias de daños mayores. Verifique la presión de la llanta de repuesto mensualmente, siguiendo las recomendaciones del fabricante del vehículo (las llantas de repuesto a menudo requieren una presión más alta que las llantas normales). Inspeccione si hay grietas, podredumbre seca o daños, incluso si nunca se ha usado: el caucho se degrada con el tiempo, por lo que un repuesto de 10 años puede no ser seguro. Si su vehículo tiene un repuesto temporal tipo “donut”, tenga en cuenta sus límites de velocidad y kilometraje (normalmente 50 mph y 50 millas) y reemplácelo con un neumático de tamaño completo lo antes posible. Para repuestos de tamaño completo, inclúyalos en programas de rotación para garantizar un desgaste uniforme. Almacenar el repuesto en un lugar limpio y seco (evitando temperaturas extremas) evita la degradación del caucho. Al mantener su llanta de repuesto, evita quedarse varado con una llanta dañada y previene el uso excesivo de una llanta primaria desgastada.