Comprobar la presión de los neumáticos no consiste solo en colocar un manómetro: requiere una técnica adecuada para garantizar la precisión. Primero, verifique cuando los neumáticos estén fríos (conducidos menos de 1 milla o estacionados durante más de 3 horas). Los neumáticos calientes expanden el aire, lo que genera lecturas falsamente altas. Localice la PSI recomendada para su vehículo (que se encuentra en el manual del propietario o en la jamba de la puerta del lado del conductor); ignore la PSI máxima en el flanco del neumático. Retire la tapa del vástago de la válvula, presione firmemente el medidor sobre el vástago hasta que deje de escapar el aire y anote la lectura. Si la presión es baja, agregue aire en pequeños incrementos (5-10 PSI a la vez) y vuelva a verificar: inflar demasiado es tan dañino como inflar poco. Para neumáticos desinflados, utilice un compresor de aire portátil o visite una gasolinera. Después de verificar, vuelva a colocar la tapa de la válvula firmemente para evitar que entren residuos y causen fugas. Si sigue estos pasos, obtendrá lecturas confiables para mantener los neumáticos inflados correctamente.