La edad de los neumáticos es un factor de protección crítico, pero a menudo pasado por alto: el caucho se degrada con el tiempo, incluso con un uso mínimo. La mayoría de los fabricantes recomiendan reemplazar los neumáticos cada 6 a 10 años, independientemente de la profundidad de la banda de rodadura. Para verificar la edad, busque el código DOT en el flanco del neumático: los últimos cuatro dígitos indican la semana y el año de fabricación (por ejemplo, “3523” = semana 35 de 2023). Los neumáticos viejos se vuelven quebradizos, propensos a agrietarse, pudrirse en seco y reventar repentinamente, especialmente en temperaturas extremas. Incluso si se almacena correctamente, el caucho pierde flexibilidad con el tiempo, lo que compromete la seguridad. Si sus neumáticos tienen más de 6 años, revíselos trimestralmente para detectar signos de envejecimiento (grietas en los flancos, decoloración) y reemplácelos si es necesario. No confíe únicamente en la profundidad de la banda de rodadura: los daños relacionados con la edad son invisibles pero peligrosos. Dar prioridad a la edad de los neumáticos junto con el desgaste garantiza que conducirá con neumáticos seguros y fiables.