El almacenamiento adecuado de los neumáticos de invierno durante los meses cálidos garantiza que estén en óptimas condiciones cuando regrese el clima frío. Comience limpiando minuciosamente los neumáticos para eliminar la sal, la suciedad y los residuos; los residuos pueden degradar el caucho durante el almacenamiento. Seque los neumáticos completamente para evitar moho o hongos. Desinfle ligeramente los neumáticos (a 25 PSI) para reducir la tensión en las paredes laterales, pero evite desinflarlos por completo. Guarde los neumáticos en un área fresca, seca y oscura (50-70 °F) lejos de la luz solar directa, fuentes de calor y dispositivos que producen ozono (por ejemplo, generadores, motores), que aceleran el envejecimiento del caucho. Para llantas sueltas, apílelas horizontalmente (máximo 4 de altura) o cuélguelas en un estante para llantas; evite colocarlas en posición vertical, ya que esto causa deformación en las paredes laterales. Para neumáticos montados, colóquelos sobre una superficie plana y rótelos mensualmente para evitar puntos planos. Cubra los neumáticos con una tela transpirable (no con plástico, que atrapa la humedad) para evitar la entrada de polvo. Si sigue estos consejos de almacenamiento, protegerá los neumáticos de invierno contra daños y se asegurará de que funcionen de manera confiable durante las próximas temporadas.