El mercado de vehículos eléctricos (VE) ha experimentado una trayectoria ascendente en los últimos años y no muestra signos de desaceleración. El tamaño del mercado mundial de VE se valoró en un monto significativo en 2024 y se proyecta que experimente un crecimiento exponencial en la próxima década. Este crecimiento se ve impulsado por múltiples factores, destacando las preocupaciones ambientales y las políticas gubernamentales.
Ante la creciente concienciación sobre el cambio climático, cada vez más consumidores optan por los vehículos eléctricos como alternativa sostenible a los vehículos tradicionales con motor de combustión interna. Los gobiernos de todo el mundo también desempeñan un papel fundamental al ofrecer incentivos como subvenciones a la compra, exenciones fiscales y descuentos. Por ejemplo, en muchos países europeos, los compradores de coches eléctricos pueden recibir importantes incentivos financieros, lo que ha impulsado un aumento significativo en la adopción de vehículos eléctricos.
La región Asia-Pacífico, especialmente China, domina el mercado mundial de vehículos eléctricos. China ha sido pionera en la promoción de estos vehículos, con un gran número de fabricantes nacionales y una enorme base de consumidores. En 2024, China representó más de la mitad de las ventas mundiales de vehículos eléctricos. Esto se debe no solo al apoyo gubernamental, sino también al rápido desarrollo de su industria nacional de vehículos eléctricos, con empresas como BYD a la cabeza en la producción de una amplia gama de vehículos eléctricos, desde coches asequibles hasta modelos de alta gama.
Sin embargo, el mercado no está exento de desafíos. El elevado coste inicial de los vehículos eléctricos, debido principalmente a la costosa tecnología de las baterías, sigue siendo un factor disuasorio para algunos consumidores. Además, la limitada autonomía en comparación con los vehículos de gasolina y la falta de una infraestructura de carga integral en algunas regiones son problemas que deben abordarse. Sin embargo, a medida que la tecnología avanza y las economías de escala entran en juego, se espera que el coste de las baterías disminuya, lo que hará que los vehículos eléctricos sean más competitivos a largo plazo.
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