Elegir entre neumáticos de verano y para todas las estaciones depende del clima local y de las necesidades diarias de conducción. Sin embargo, muchos conductores confunden sus puntos fuertes, lo que resulta en un rendimiento inferior o riesgos de seguridad. Aclaremos la confusión para ayudarte a elegir el juego adecuado.
Los neumáticos de verano están diseñados para brindar calidez, con un compuesto de caucho blando que se mantiene flexible incluso con temperaturas superiores a 7 °C (45 °F). Esta flexibilidad mejora el agarre: en carreteras secas, se adaptan firmemente a las curvas y acortan las distancias de frenado (una prueba de Tire Rack de 2023 reveló que los neumáticos de verano frenaban más de 3 metros antes que los neumáticos para todo tipo de clima a 96 km/h). Sus ranuras anchas y poco profundas en la banda de rodadura también canalizan el agua eficientemente, lo que reduce el riesgo de aquaplaning con lluvia intensa. Pero aquí está el truco: el frío endurece el caucho, haciéndolos resbaladizos en carreteras heladas, y su compuesto blando se desgasta rápidamente; la mayoría dura solo entre 32 000 y 48 000 km si se usan todo el año. Son ideales para conductores en climas cálidos (como Florida o Arizona) o para cualquiera que priorice un manejo deportivo.
Los neumáticos para toda estación, por el contrario, utilizan una mezcla de caucho más dura diseñada para soportar calor moderado y frío ligero (hasta aproximadamente 0 °C). Tienen patrones de banda de rodadura más profundos y versátiles que funcionan en carreteras secas, mojadas e incluso polvorientas, y duran entre 80 000 y 112 000 kilómetros, ideales para conductores con presupuesto limitado o en regiones templadas (como el Valle Central de California o las Carolinas). Sin embargo, sacrifican rendimiento por versatilidad: en calor extremo, su caucho duro pierde agarre, lo que los hace sentir lentos durante aceleraciones rápidas o curvas cerradas. En nieve intensa, no pueden igualar la tracción de los neumáticos de invierno, y no son rival para los neumáticos de verano al frenar en mojado (las pruebas muestran que tardan entre 1,5 y 2,4 metros más en detenerse en pavimento mojado).
¿Cómo decidir? Si en tu zona los veranos son largos y calurosos, y no nieva, vale la pena invertir en neumáticos de verano; simplemente cámbialos por neumáticos de invierno si las temperaturas bajan constantemente. Si tienes inviernos suaves y no quieres cambiar los neumáticos dos veces al año, los neumáticos para todo tipo de clima son una buena opción, pero evita usarlos en condiciones de nieve o calor extremo. Y recuerda: incluso "para todo tipo de clima" no significa "para todo tipo de clima". En lugares con mucha nieve (como Minnesota o Maine), los neumáticos para todo tipo de clima son una solución provisional; los neumáticos de invierno siguen siendo imprescindibles.
En definitiva, la mejor opción se adapta a las condiciones climáticas extremas de su vehículo. No se conforme con un conjunto universal si eso implica comprometer la seguridad o el rendimiento: lo más importante es la capacidad de sus neumáticos para resistir las peores condiciones de la carretera.
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