Mantenimiento de la suspensión de la bicicleta: mantén un viaje suave en terrenos difíciles
La suspensión de la bicicleta (horquilla delantera y amortiguador trasero, si la tiene) absorbe baches, piedras y terrenos irregulares, lo que hace que la conducción sea más suave y mantiene las llantas en contacto con el suelo para una mejor tracción. Pero como todos los componentes de la bicicleta, la suspensión necesita un mantenimiento regular para funcionar correctamente: el aceite sucio, los retenes desgastados o los tornillos flojos pueden hacer que la suspensión se sienta rígida, con fugas o que no responda. Aquí te explicamos cómo realizar el mantenimiento de la suspensión de tu bicicleta en casa, sin necesidad de herramientas especiales.
Primero, conoce tu tipo de suspensión. La mayoría de las bicicletas tienen una de dos configuraciones de suspensión:
- Hardtail: solo una horquilla delantera (sin amortiguador trasero), común en bicicletas de montaña y bicicletas de grava de nivel de entrada.
- Suspensión total: horquilla delantera + amortiguador trasero, común en bicicletas de montaña de alta gama para terrenos difíciles.
Mantenimiento diario/semanal (controles rápidos):
- Limpie las barras de la horquilla (los tubos metálicos brillantes de la horquilla delantera). Después de cada uso (especialmente con barro o polvo), límpielas con un paño limpio y seco. La suciedad puede rayar el metal y dañar las juntas (causando fugas de aceite). Para limpiarlas: Sujete el paño alrededor de la barra y luego comprima y extienda la horquilla varias veces para eliminar la suciedad. Evite usar agua o jabón (pueden eliminar el lubricante de la horquilla).
- Comprueba si hay fugas. Busca manchas de aceite en las barras, las bases de la horquilla (la parte plástica de la horquilla) o el amortiguador trasero. Una pequeña cantidad de aceite (unas gotas) es normal (proviene de los retenes de la horquilla), pero si se forman charcos grandes o gotea constantemente, significa que los retenes están desgastados y necesitan cambiarse (lleva la bicicleta a un taller para esto; el cambio de retenes requiere herramientas especializadas).
- Apriete los tornillos flojos. Revise los tornillos que fijan la horquilla al cuadro (tornillos del tubo de dirección) y el amortiguador trasero al cuadro (tornillos de montaje). Use una llave Allen para apretarlos ligeramente (no los apriete demasiado; siga las especificaciones de par de apriete del fabricante, generalmente de 5 a 8 Nm para los tornillos de la horquilla). Los tornillos flojos causan vibraciones y reducen el rendimiento de la suspensión.
Mantenimiento mensual (limpieza más profunda):
- Lubrique las barras de la horquilla. Después de limpiarlas, aplique una pequeña cantidad de aceite para horquillas de suspensión (o lubricante a base de silicona) en la parte superior. Comprima y extienda la horquilla varias veces para distribuir el lubricante; esto mantiene las juntas lisas y evita que se sequen. Utilice únicamente los lubricantes recomendados por el fabricante de la horquilla (evite el aceite o la grasa de motor, ya que pueden dañar las juntas).
- Limpie el amortiguador trasero (bicicletas de doble suspensión). Limpie el eje del amortiguador (el tubo metálico) con un paño seco y luego aplique un poco de aceite para amortiguadores. Comprima y extienda el amortiguador varias veces para lubricar las juntas. Compruebe la presión de aire del amortiguador (si es de aire); use una bomba para ajustarla a su peso (consulte las recomendaciones del fabricante; la mayoría de los amortiguadores necesitan entre 80 y 150 psi para un ciclista de peso promedio).
- Inspeccione si hay daños. Busque grietas en las partes inferiores de la horquilla o la carcasa del amortiguador trasero, barras dobladas o tornillos rotos. Si observa algún daño, deje de usar la bicicleta y llévela a un taller; una suspensión dañada puede fallar mientras conduce y provocar un accidente.
Mantenimiento anual (servicio profesional):
Incluso con mantenimiento casero, la suspensión necesita una revisión profesional una vez al año (o cada 160-320 km de uso intensivo). Un taller de bicicletas:
- Drene y reemplace el aceite de la horquilla (el aceite viejo se ensucia y pierde su capacidad de absorber los impactos).
- Reemplace los sellos y las escobillas limpiaparabrisas desgastados (evita fugas).
- Limpie y lubrique los componentes internos (como el amortiguador y el resorte de la horquilla).
- Ajuste la compresión y el rebote de la suspensión a su estilo de conducción.
Consejos de mantenimiento para diferentes condiciones de conducción:
- Paseos con barro: Limpie la suspensión inmediatamente después de usarla (limpie las barras y el eje del amortiguador, y luego lubrique). El barro puede filtrarse en los sellos y dañar las piezas internas.
- Paseos secos y polvorientos: Lubrique los montantes con más frecuencia (cada 2 o 3 paseos) para evitar que el polvo raye el metal.
- Clima frío: use un aceite de suspensión más liviano (consulte las recomendaciones del fabricante); el clima frío espesa el aceite, lo que hace que la suspensión se sienta rígida.
Una suspensión bien mantenida suaviza el terreno irregular, mejora la tracción y prolonga la vida útil de la bicicleta. Con revisiones regulares y un sencillo mantenimiento en casa, la suspensión funcionará como nueva durante años.